martes, 29 de mayo de 2018

Pedro Fornazzari Pasalacqua

Se inició en Iquique, jugando por Jorge V.
Campeón de Chile, el año 1932, con sólo 15 años.
Seleccionado chileno.
Participó en los sudamericanos de Buenos Aires, Lima y Montevideo.
El Tarapacá escribió:
“Actúa en el básquetbol desde 1930 jugando en las divisiones inferiores. Jugó por primera vez en un encuentro de importancia contra el Eléctrico de la Oficina de María Elena en el mes de agosto del presente año. Es un excelente lanzador y su juego es muy eficaz en la ala izquierda. Es un elementos joven que aún puede dar mucho” (El Tarapacá, 22 de noviembre de 1933, página 5).
Fornazzari se desempeñó en la Asociación Central de Fútbol desde 1962, cuando fue designado Jefe de Prensa del Mundial de Fútbol realizado en el país.
Don Pampa, en la página “Mijagas” de la revista Estadio, escribió:
“Lo dijo Robledo en una rueda de periodistas: ¿Cómo es esto? Pedro Fornazzari, de “Ultima Hora”, es iquiqueño. Tom Murray, de “La Nación”, es iquiqueño, Don Pampa de “Estadio”, es iquiqueño. Todos coterráneos mío. ¿O es otra cortesía de ustedes?”.
Revista Estadio. Año IX. Nº 367. 27 de mayo de 1950, página 32

Jaime Cid "Una vida junto al básquetbol"

Como un deportista de tomo y lomo podemos describir a Jaime Cid, quien ya viviendo la tercera edad ha representado a nuestro país en variadas ocasiones a raíz de su pasión por el básquetbol, lo que le ha permitido jugar en 5 torneos nacionales y  4 internacionales.

El año 2016 será un periodo que nunca olvidarán, Juan Cid y la selección de basquetbol de adultos mayores de Chile, ya que se proclamaron como campeones del torneo Panamericano de Maxi Baloncesto en Costa Rica, categoría mayores de 75 años.

Cid, socio de la YMCA Santiago desde el año 2007 y  nos cuenta cómo nació su amor por el básquetbol. “Mi pasión por el baloncesto comenzó en el Colegio, soy ex alumno del Liceo Amunátegui, el cual tenía tradición de ser cuna de basquetbolistas, y yo por mi tamaño, nunca creí que me iban a seleccionar para la disciplina, pero un profesor que me descubrió me dijo que tenía condiciones a pesar de mi estatura, aquél profesor se llamaba Sergio Restovic”.

“Restovic después de ver que tenía la capacidad y el talento, me llevó a la Juvenil del Club Unión Española y estuve con ellos 4 años.  Luego comencé a trabajar e ingresé a Ferrocarriles del Estado como Ingeniero de Electrificación Ferroviaria, ahí dejé el basquetbol, estuve 10 o 12 años alejado, producto del trabajo, pero por donde andaba buscaba un gimnasio donde entrenar. Hice los cursos de entrenador, por lo cual, soy reconocido como entrenador por la Federación de Básquetbol de Chile”.

Su relación con la YMCA Santiago

Jaime Cid mira hacia el cielo y nos comienza a contar como llegó a nuestra Institución “Me hice socio de la YMCA por el Básquetbol, pero no en la YMCA Santiago, primero me hice socio en la YMCA Brasil, ya que estuve viviendo desde el año 76 al 82 en Sao Paulo”.

“Mi primer acercamiento con la YMCA Santiago fue mediante mi esposa y una hija, en una primera instancia comencé a venir al CEA para recuperarme de una lesión, y actualmente me entreno tres veces a la semana acá, participo en las clases de aquaeróbica y realizó tiros libres en el gimnasio principal de esta hermosa institución”.

Al finalizar Jaime Cid nos dice. “Lo que más rescato es que la Guay es una linda familia. Ahora me dedico a ser guayano, jugar por mi club y la selección”.

lunes, 28 de mayo de 2018

Yolanda Zuzulich Suárez

Jugó por Jorge V. Le decían la rubia hermosa.
Hermana del gran arquero Mario Zuzulich.
Defendió los colores de  la Oficina Iris y también por María Elena.
La revista Ercilla, en una de sus ediciones del año 1939, y en base a la votación de cinco comentaristas, la eligen como la segunda mejor jugadora de Chile. El primer lugar lo obtuvo Zulema Lizana. Y el tercero, Fedora Penelli, que fue la scorer del campeoanto nacional realizado en Iquique.

El Tarapacá
20 de enero de 1940, página 5

La foto de la revista Estadio

Eduardo Cordero

Jugó por Jorge V. Campeón de Chile, por Iquique, en Linares y Curicó, los años 1941 y 1942.
Seleccionado Chileno
Esto se escribió en la revista Estadio:
Ametralladora
Lalo Cordero, con juego de pases fulminantes, no ha podido encontrar su medio

Si hubiera encontrado “su” equipo no cabe dudas de que estaría señalado como uno de esos valores extraordinarios que se dan de tarde en tarde en el deporte. Si hubiera encontrado media docena de compañeros capaces de recibir sus entregas relampagueantes y seguir el ritmo vertiginoso de su juego, además de no dejarse engañar por sus fintas y movimientos, que son para los adversarios. Siempre ha dado espectáculos el juego del hoy crack porteño para su juego engañador. Finta para un lado y la pelota va para el otro. Acciona como que el pase salga para la derecha y parte hacia la izquierda. Casi no mira, podría decirse que presiente dónde está el compañero bien ubicado; pero el pase ha sido tan veloz y fuerte que la mayoría de las veces no sólo confunde a la defensa sino que sorprende a su propio compañero y la pelota se pierde. Sostiene que la pelota no debe ir donde está el jugador sino dos o tres metros adelante, al hueco, como en el fútbol. Para lograr entendimiento habrían sido necesarios meses y meses, años de entrenamiento intenso. Y tal adiestramiento no lo ha hecho en ninguna parte. Ha sido imposible. ¡Qué de cosas lindas podrán ejecutar media docena de muchachos capaces de meterse en ritmo relámpago!.
Sus pases no son sólo de manos y brazos; a veces, cuando es necesario, los saca con fuerza de los lados de los dedos casi sin mover los brazos y los hombros, que adelantarían la trayectoria a los adversarios. Desde pequeño gustó de esa acción engañosa, desde que comenzó en las canchas del Club Jorge Quinto, de Iquique. Eran tiempos del basquetbol lento, en donde casi se jugaba parado, y entonces las defensas adivinaban las intenciones y les era fácil interceptarlos. Por qué entonces no engañarlas. Insinuar para un lado y que la pelota vaya para el otro. Más, desde el comienzo encontró el tropiezo de que sus pases también engañaban a los compañeros.
“Este gordo juega muy fuerte y muy rápido -reclamaban-. Juégala más despacio.” ¡Pedir eso en un deporte en que la arma mejor es la velocidad! Pero si le sucedió casi siempre. Sólo en contadas ocasiones ha podido encontrar elementos en los cuales sincronizar y de inmediato se ha enhebrado una acción tan veloz que los rivales se han desorientado, las canastas se han llenado de goles y el público se ha puesto de pie para aplaudir pero son contados, sólo de tarde en tarde, en el equipo militar del norte, en la selección porteña, en el Audax, de Valparaíso, y en el seleccionado de Chile. Uno o dos nada más. Lo que pasaría si todos pudieran seguir el ritmo. Seguramente los llamarían fantasmas del cesto.
Una vez realizó un jira por la Serena, con el Audax -hoy juega en el Arabe, de Valparaíso.; y se produjo un hecho poco común en las canchas. Al promediar el segundo tiempo, cumplió cuatro fouls, y la mesa indico su salida, y el público, que llenaba la cancha, lo impidió. Estuvo aplaudiendo y protestando diez minutos, porque no quería que saliera quien era el primera actor del partido, el que los había entusiasmado con una exhibición de pases mágicos. Fue tanta la presión del público, que los dirigentes tuvieron que pedir al árbitro y a la mesa de control que le permitieran seguir jugando, pese a sus cuatros faltas.
Eduardo Cordero Acosta es iquiqueño; en su tierra se formó, pero nunca fue seleccionado de su calidad. El pudo también adquirir prestigio y ser figura de esos teams del norte, que en dos ocasiones conquistaron campeonatos nacionales, junto a Bontá, Wood, Ledesma, Salinas, Juan Gallo, Cruzat y Pancho Cordero, su hermano; mas una serie de circunstancias se opusieron. Ha estado jugando en todos los torneos nacionales desde 1942, con la camiseta de Valparaíso, ciudad en la cual se radicó. Pudo ser seleccionado de Iquique, muy joven, pero tenía una contra física. En ese tiempo lo llamaban “Michelin” o “Chupadito”, era muy gordo, y el no salía a la cancha por las burlas. Por eso es que sólo admitió jugar por su club, el Jorge Quinto, en divisiones inferiores, y en primera sólo en aquellas ocasiones en que no había casi nadie en las tribunas. No se quería mostrar, no se quería lucir.
Lo bueno destaca donde esté, puede que tarde, pero llegará el día en que alguien lo señale y lo busque había ido a trabajar por unos cuantos mese a la oficina salitrera de María Elena, y allí había un jugador que era sensación por su juego vistoso, por su habilidad para manejar la pelota por sus pases elegantes: Manuel Acosta; lo llamaban “El Yanqui”. Pero sí él hacia lo mismo. Jugaron juntos, y la suerte quiso que se encontraran cumpliendo el Servicio Militar, en el Regimiento Carampangue, de Iquique; allí también fueron milicos Arturo Godoy y Francisco Bahamondes. Cordero y Acosta, maestros en el pase como bólido, y en la finta se entendieron y fueron la fuerza de la selección militar de la Primera División que vino a Santiago, y conquisto el campeonato del Ejército de Chile. En el Servicio Militar había dejado gran parte de su gordura, y se había destapado un jugador que era viva promesa para le basquetbol nacional. Fue aprovechado de inmediato. La Federación acordó en ese año. 1941, renovar su gente y mandar al Sudamericano, a efectuarse en Mendoza, una selección joven. Y allí estuvieron los dos soldados del Norte: Cordero y Acosta, junto a Mosqueira, Mahana,Smith, Ziomi, Jabbaza, Valdivia y tres ya forgueados: Salamovich, Antonio Ferrer y Angel Olmo.
No lo hizo mal ese equipito nuevo, afirmado en la experiencia de Salamovich y Antuco Ferrer, éstos jugaban a la defensa y mandaban a sus delanteros, todas buenas promesas: Mosqueira, Cordero, Acosta, Mahana y Smith. Especialmente los tres primeros. Con todo los equipos, exceptuando a Brasil, al cual se le ganó, Chile siempre estuvo arriba en el marcador durante tres cuartas partes del match, para perderlo al final, cuando salía uno o dos de sus titulares. Con su gente base se dio el lujo de aventajar en largos pasajes a Argentina, Uruguay y Perú.
Don Pampa
Revista Estadio
23 de septiembre de 1950

Manuel Ledesma Barrales


1920- 2001.
Pampino, jugador de La Cruz, campeón de Chile en básquetbol.
El “Traidor” Ledesma.
” ¡Ah  Si todos pudieran estar unidos  con las siete letras en el pecho, el título de básquetbol nacional no habría cambiado de manos desde 1941!”, dicen y comentan sus recalcitrantes  coterráneos ” (Don Pampa. Revista Estadio Noviembre de 1946).
Don Pampa, iquiqueño nato como se dice en estas tierras, en la revista Estadio  hace un interesante perfil de unas de las figuras del baloncesto local, llamado Manuel Ledesma, mas conocido como el “Indio”.
Nacido en la pampa, el 12 de agosto de 1920, el “Indio” supo de lo que es hacer deporte en ese agreste ambiente. La tarde se presta para la pichanga, y el “Indio” así lo entendió siempre. Ledesma jugó al fútbol y al básquetbol. Fue otro iquiqueño, Mario Bontá quien le señaló el camino del baloncesto. En competencia pampina, el equipo de Rosario de Huara se clasificó campeón en básquetbol, y ese cuadro tuvo el honor de contar con Ledesma y Bontá, dupla que después le daría grandes satisfacciones a Iquique y a Chile. El primero fue “cruciano” y el segundo  “alas negras”.
De la pampa se vino a Iquique. En fútbol actuó por Maestranza y en básquetbol por La Cruz. El año 41 fue seleccionado local en básquetbol; era reserva del equipo. En Arica, tuvo que reemplazar a Malebrán,  entró el “Indio” y desde ese momento fue titular. Y sobre todo, como dice don Pampa “fue  columna y garantía  de todos los seleccionados en que ha actuado”. El ” Indio” representa, para el club deportivo  La Cruz  una de sus máximas expresiones. Y creo que lo representa por la garra y el sentido del derroche físico que exhibe. Quizás en términos modernos, para los crucianos sea Andrés Mery Ponce, el equivalente del “Indio”. Pero dejemos que el “Indio” hable:
Me entusiasma la técnica, pero no acepto los  “técnicos” de las canchas chilenas que carecen  de fibra de luchadores. ¿De qué sirven  esos cracks de cartón?  De mucho estilo, vistosa acción, si sólo son unos autómatas, que entran a la cancha a ejecutar movimientos  estudiados, y no le ponen nada de adentro: coraje, empuje, voluntad. No sirven de nada; pues estos jugadores, de aptitudes intelectuales muy destacables, sólo juegan  cuando los dejan. No; el deporte en su esencia, es lucha, disputa  y no una exhibición (Revista Estadio Noviembre de 1946).
De lo anterior también, se puede deducir, de esa concepción del deporte, el por qué al Ledesma le decían “Indio”. Lo de “traidor” con lo que iniciamos esta párrafo es necesario, ahora aclararlo. En el Nacional de 1943, Iquique, jugando como local pierde el campeonato, y lo pierde frente a Valparaíso, y la paradoja, es que por el cuadro porteño jugaban tres iquiqueños, entre ellos el  “Indio” Ledesma. Pero dejemos mejor a Don Pampa que nos narre lo que allí ocurrió:
Valparaíso lo derrotó en una noche negra, muy negra,  para cinco mil personas apretujadas en la cancha Castro Ramos, del puerto histórico. Nunca he visto una demostración más impresionante de tristeza,   esa vez que Iquique vio derrotado a su equipo.  ¡Que puñalada para su amor propio y orgullo! Cinco mil personas se quedaron heladas! derrumbadas por un mazazo tremendo. El partido había terminado, nadie se movía de sus asientos, y no había un grito, una protesta. Todos mudos, vacíos. Manifestación imponente de dolor, como un funeral. Tardó un poco, pero vino la reacción y recordaron que tres iquiqueños eran la fuerza del team adversario: Ledesma, y los Cordero, que uno de ellos Pancho había decretado la derrota en los últimos momentos, cuando el team repuntaba y se acercaba a la victoria. Pancho Cordero encestó desde media cancha tres dobles seco, y hundió a Iquique. Los espolonazos del  “Huáscar ” (Revista Estadio Noviembre de 1946).
Fue esta quizás la década más gloriosa del básquetbol local. Lo del 43  la más triste, Iquique quedó cuarto, pudiendo haber sido campeón por tercera vez. El campeonato lo logró Universidad de Chile que contaba en sus filas con el norteamericano Bill O’Brien. Quizás lo que más duela  fue que se  perdió  frente a un equipo compuesto por tres iquiqueños. Cosas del básquetbol  habrá dicho más de alguien.
No obstante, en conversación con Manuel Ledesma el día miércoles 12 de noviembre de 1991, me dijo que  había sido cosa del azar, y que en el fondo, a él como iquiqueño le dolía lo ocurrido. Lo que le importaba era el deporte. El campeón de esa época Universidad de Chile, además estuvo integrado por puros iquiqueños. Mathieu, Mitrovic, Verdugo, Fornazzari. En el fondo, agrega Wood fue un campeonato entre puros iquiqueños. En esa conversación, Ledesma, me entregó un poema que él mismo había escrito para Iquique. “Tierra mía generosa/ lo que te piden lo das/ desde la pampa soleada/ a la zona lluviosa/eres la piedra preciosa/ que en América se advierte/ por eso es que quisiera verte / sin ninguna desarmonía / y espero confiado el día / que Dios mejore tu suerte”.
La triste noticia de su muerte, nos inspiró a escribir:
Réquiem para el “Indio” Ledesma
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viernes, 25 de mayo de 2018

Glorias deportivas de Linares

Cancha de la Intendencia: cuya ubicación estaba en calle Sotomayor, adoquinada hoy, piedra huevillo ayer, esquina con calle Manuel Rodríguez, la Intendencia de Linares; un edifi¬cio colonial construido por el Ingeniero don Luis Coopman entre 1888 - 1893.
Glorias deportivas de Linares -Cancha de la Intendencia y el Básquetbol
 Y allí en la misma esquina, donde estuvo el Telégra¬fo del Estado, se instaló la primera peluquería en Li¬nares de don Gumersindo Lamilla y más al interior, en el patio, se construye en 1933 la Cárcel Pública, fuertes murallones reteniendo libertad… como esclavos exclamando perdón.
En el mismo lugar, escenario de obras humanas; aprovechando los fuertes murallones, se levanta majestuosa Cancha de Básquetbol, por obra y empeño de Luis Maureira Gangas, para el Primer y único Campeonato Nacional de Básquetbol Masculino efectuado en 1942.
A Luis Maureira Gangas y a Efrén Soto, la respuesta fue en Santiago: “Ustedes no tienen ni Cancha y se atreven a pedir un Nacional”, y como repi¬tiendo esa frase gloriosa para el logro del Mundial de Fútbol, de Car¬los Dittborn, ellos entre sí, se comprometieron para ese Nacional te¬ner la mejor cancha de Chile, es decir “porque no tenemos nada lo queremos todo”. Efectivamente Linares tuvo la mejor cancha del país, los mejores dirigentes y la mejor hinchada.
Lo más cen¬tral de Linares, como fondo la Plaza de Armas y sus románticos árboles, como marea entre ventanales del tiempo que pasa. Agua bendita en hisopo del Pastor y el Deporte, Monseñor Moreira, bendijo la blancura de cancha y tribunas. Así comienza la historia de la Can¬cha de Básquetbol. Se luchó codo a codo con los grandes, desde Iquique a Magallanes. Pasan los años, el viento llevó las voces de triunfo o lágrimas de derrotas. Así es el deporte. Gestos como estos nos hacen sentirnos orgullosos y grandes.
Básquetbol linarense: debemos reconocer que en el aspecto deportivo hasta la década de los 40, nuestra ciudad no había tenido una figuración destacada e impor¬tante a nivel nacional y ni siquiera en el ámbito zonal.
A pesar de la pasividad de los cultores de las diferentes y variadas disciplinas. Una que se practicaba y puede destacarse fue el Básquetbol Femenino que consiguió un 2° lugar en el Nacional de 1938 y sus más destacadas figuras fueron Celia Brito, Elena Lara Ester, Alarcón, Armilda Galdámez, Elisa Romero, Melinda Vásquez.
A pesar que ya habían cumplido su etapa, por lo menos dos generaciones de basquetbolistas, que realizaban sus prácticas en una canchita en el interior del Club Social (lado oriente del Teatro Municipal) y otra que estaba ubicada en la Escuela N° 1 -de calle Maipú- donde la Selección de Linares que tenía como figuras a Lara, Tucapel Bustamante, los hermanos Valenzuela, Padilla y el “Gallina” Salinas enfrentó a la Selección de Méjico-
Sólo el año 1942, fecha del Campeonato Nacional de Básquetbol en nuestra ciudad y donde obtuvo el título máximo el quinteto de Iquique, se puede indicar como inicio de una nueva era del básquetbol de Linares.
Luego, en 1944, arriba a esta ciudad a cumplir con las funciones de Inspector de Impuestos Internos, Alejandro Gálvez, Director de las Barras Universitarias, en los Clásicos que se realizaban en esa época, quien junto con haber sido destacado basquetbolista, era poseedor del título de Entrenador y que -a la vez- su mayor deseo era contribuir a la formación de nuevos valores dentro en la juventud que rudimentariamente practicaba esta disciplina.
Fue así como se dio comienzo a una nueva etapa del básquetbol linarense, con una vi¬sión futurista y para ello el Directorio de la Asocia¬ción de Básquetbol, designó como entrenador titu¬lar de la Selección de Linares a Alejandro Gálvez, quién a corto plazo solicitó se integraran -a este conjunto- algunos jugadores con cierta experiencia como Luis Riffo, Tucapel Bustamante, Manuel Almuna, Roberto Movillo y los integrantes del equipo del Liceo de Hombres, Nasim Nome, Juan Benítez, César Muñoz, Raúl Valenzuela, Carlos Beaudout y Federico Zehnder.
Dos años de intenso entrenamiento bajo una disciplina estricta con complementación de los fundamentos que debe poseer un basquetbolista, fue el comienzo de una etapa donde este deporte cimentó su futuro.
En el año 1946 es destinado, a la Escuela de Artillería, el Capitán de Ejército Raúl Mosqueira, Oficial que por sus condiciones deportivas había sido integrante de varias selecciones nacionales del baloncesto chileno y con una experiencia como jugador internacional, poseedor de co¬nocimientos de las más modernas técnicas en este deporte.
Es entonces cuando, por traslado de Alejandro Gálvez, asume la dirección técnica del conjunto linarense Raúl Mosqueira, quien mantiene la nómina de los jugadores de Gálvez y solicita a la directiva máxima de Linares, convoque nuevos elementos que podrían fortalecer el equipo existente. Así llegaron a completar el plantel de seleccionados los jugadores Francisco Campos, Nelson Cocha” Carvajal, Mario Alfaro, entre muchos otros.
Se viene a la memoria, entre otros tantos recuerdos desordenados, la Selección de Linares, el equipo de Árabe, el quinteto del Liceo de Hombres, el extraordinario profesor de Ed. Física y Director Técnico D. Lautaro González y los descollantes jugadores como Nasim Nome, Francisco Campos, “Nene” Dabanch, Gidi, Ortega, Carvajal, Delgado, Hirmas, Aburman, Norambuena, Jorge Rojas, la visita de Unión Española, en la Cancha de la Intendencia y otros tantos hechos que deben estar registrados en la memoria de los deportistas de nuestra ciudad.
Este deporte, en Linares, tocó el cielo con las manos, tras alcanzar la gran nombradía a nivel nacional. Por esos años, la repercusión deportiva fue notable y, como nunca antes, la gente se prendía a alentar al elenco representativo de nuestra ciudad. Todavía emocionan las imágenes (aunque sea en la memoria) con una Cancha de la Intendencia “hasta las banderas” y un quinteto de oro arrancando aplausos de los asistentes.
Y como si eso fuera poco, la conjunción público y quinteto se transformaba en responsable de esos hermosos momentos, atesorados en años brillantes para el deporte local. Era un interés inusitado, generando una revolución cada vez que se abrían las boleterías de la Cancha de la Intendencia o las puertas del Gimnasio del Liceo de Hombres. Hubo, en ambos recintos, encuentros memorables. (Bibliografía: Galería de Cracks, Ernesto Astudillo Yánez, Imprenta “Esfuerzo”, 1968).


Fuente: http://www.diarioelheraldo.cl/noticia/glorias-deportivas-de-linares-cancha-de-la-intendencia-y-el-basquetbol

Juan Andrés Mitrovic Guic


Jugó por la Academia de Educación Física.
Fue campeón de Chile, el año 1943 en Iquique, pero defendiendo los colores de Universidad de Chile, junto a Pedro Fornazari y Alberto Mattieu.
Fue seleccionado chileno y en esa condición jugó en las Olimpiadas de Londres.
Defendió a Iquique por última vez en el Nacional de Osorno en 1958.
Don Pampa, en la sección Migajas de la Revista Estadio, escribió:
“Por teléfono me hablaron:
-Oiga Don Pampa, destaque lo que puede el salitre como abono.
“Diga a la gente que en esa fotografía que publicaron en Estadio, para señalar la estatura de los grandotes de la selección olímpica  de basquetbol, de los seis, cuatro son iquiqueños: Gallo, Mitrovic, Ledesma y Cordero.
Malita la pomada” (31 de julio de 1948).


miércoles, 23 de mayo de 2018

Sportiva Italiana Campeon de Dimayor


Técnico y jugadores porteños recuerdan aquel tremendo éxito conseguido en 1980.



El 23 de agosto de 1980, Sportiva Italiana obtuvo uno de sus logros más significativos: ser campeón de la Dimayor, el torneo más competitivo de los cestos nacionales. La obtención del título coronó una etapa que estuvo marcada por la presencia de grandes jugadores, que al parecer hoy son una especie en extinción.
En aquel memorable campeonato, el plantel, dirigido por José Luis de la Maza, lo integraron solamente basquetbolistas nacionales, lo que le da un doble mérito a la obtención de la corona, tomando en cuenta que otros quintetos se reforzaron convenientemente con figuras extranjeras.
El certamen se disputó entre ocho equipos del país en dos ruedas, en la modalidad todos contra todos. Los rivales de los itálicos fueron Esperanza, Universidad de Chile, Unión Española, Bata de Peñaflor, Naval de Talcahuano, Universidad de Concepción y Español de Talca.

En la estadística final de los itálicos, sobresalen los doce triunfos y sólo dos derrotas, y el haber estado invicto durante diez fechas, hasta que el otro conjunto porteño, Esperanza, dirigido por Jorge Santana, les quitara tal condición.

RECUERDO IMBORRABLE

Para sus compañeros, el líder de aquel plantel fue Oscar Fornoni, quien hace 19 años está radicado en EE.UU. "Ese grupo era de muy buenos amigos, entre los que no había celos, y nos divertíamos jugando", recordó el extraordinario pivote.

Haciendo un somero "flash back", surgen en su mente una serie de anécdotas, como "cuando viajábamos al sur en bus, y 'matábamos' el tiempo jugando 'chiflota' o durmiendo en el piso, porque, con nuestras piernas largas, no podíamos mantenernos sentados".

El título llegó después de haber sido subcampeón de Dimayor en 1979. "Justamente, le ganamos a Thomas Bata en el último partido, el campeón anterior, y eso fue el resultado de mucha gente, especialmente gracias al apoyo de los dirigentes Fernando Ognio, Antonio Galliani y otros más; del trabajo del técnico Renato Raggio, que lo continuó José Luis; de Juanito Hernández, el preparador físico que nos ponía a punto para soportar todos los partidos...", repasó el gran jugador.

La figura goleadora de José Luis "Pipa" Verdejo se extendió por todo el campeonato. El talentoso conductor llevó a la victoria a Sportiva en la mayoría de los encuentros. Claro que en el momento de hacer una evaluación de sus actuaciones destacó que "el trabajo del equipo fue de conjunto, es decir, primaba lo colectivo por sobre lo individual".Asegura que los partidos más complicados fueron ante quintetos que contaban con extranjeros. "Por ejemplo, Unión Española tuvo a Grieg Pritchett y David Mazulla, los que nos ganaron con más de veinte puntos cada uno en el gimnasio Arturo Prat, de San Felipe", explica.


Jorge Antonucci cambió los remos por la pelota, y en poco tiempo se consagró en defensa de Sportiva Italiana. "Yo pienso que el proceso que culminó con los dos títulos de Dimayor, comenzó en 1974, cuando el técnico Renato Raggio se preocupó de armar un equipo más competitivo, pues en la competencia local anterior nos había ido muy mal", explica el histórico itálico. Para Rual Villella "fue maravilloso obtener un título en el campeonato más importante que se disputa en el nivel nacional". Agrega que "para mí resultó tremendamente sacrificado, porque debía cumplir con mi trabajo en el Casino Municipal de Viña del Mar, los entrenamientos y los partidos de la competencia local y Dimayor". Asegura que ese éxito se tradujo en una inyección anímica para la gente, que siguió al equipo hasta el final, lo mismo que al quinteto de Esperanza. También, se emociona al recordar a los desaparecidos técnicos Renato Raggio y Enzo Pérez, "porque ellos me enseñaron a jugar básquetbol, lo que me permitió defender al club que representa todo para mí: Sportiva Italiana".
Jaime Hernández estaba a punto de retirarse del baloncesto activo, cuando fue protagonista de su último título como jugador. "Es quizás el mejor equipo que ha tenido Sportiva, pues no sólo jugaba bien en el nivel nacional, sino que también en los campeonatos internacionales", expresó aplicando sus conceptos de profesor de educación física.
EL TÉCNICO La escuela técnica que formó el gran Renato Raggio, la continuó José Luis de la Maza, su discípulo más aventajado. "Para mí, el título de 1980 resultó muy valioso, ya que dirigí a un gran equipo, muy disciplinado, táctico y con muchas jugadas de laboratorio", enfatizó el aún activo entrenador."Aplicábamos de memoria algunos movimientos como 'la cuchara' (formación 1-4), 'el tenedor' (4 puntas) y 'el cuchillo' (una cortada del conductor); manejábamos a la perfección los 30 segundos, que en esos años se permitían en la posesión del balón; y los tiros de distancias que valían sólo dos puntos, pero que ahora serían tres, con un especialista de excepción como Víctor Bahamondez", explicó.

Fuente: Diario El Mercurio de Valparaíso y Dimayor

domingo, 20 de mayo de 2018

Pablo Coro pura pasión por el básquetbol

El internacional chileno actualmente forma parte del plantel de Osorno Básquetbol que participará en la Liga Nacional Movistar donde compartirá cancha con los también magallánicos Marcelo Hernández y el joven Carlos Lauler Zañartu Pablo Andrés Coro Oyarzo es un ejemplo de deportista que ha logrado mantenerse en la alta competencia del básquetbol chileno. Coro jugó en Osorno en 1988 por Sirio. Allí estuvo esa temporada, la misma en la que desapareció la institución, en condiciones similares a la que desapareció Provincial Osorno, el primer equipo chileno en ganar el torneo internacional benéfico que organiza la Universidad Católica de Santiago “Encestando una Sonrisa”. En 1989 arriba a Malta Morenita. Allí no se vivían las penurias económicas de otros equipos hasta que al final de la temporada 1989, el club cierra sus puertas.

 EL PROVI
Tras el término de Malta Morenita, Coro inicia un periplo por Ancud en 1990, UDE de Temuco desde 1991 hasta 1996, Universidad Católica desde 1997 hasta 1999 y arriba a Provincial Osorno en el año 2000, donde logra el título. Sigue en forma ininterrumpida en los Toros, sumando además varios títulos de Libsur y las coronas de Dimayor de 2004 y 2006.

EL SENTIMIENTO SOKOLINO
Al término del partido final del cuadrangular y mientras lo apuraban desde el camarín, Pablo Coro conversó con Deportes del Diario El Pingüino, se mostró feliz tras recibir la invitación de los viejos amigos del Sokol para participar del cuadrangular Glorias del Básquetbol Magallánico que fue ganado precisamente por los croatas.
Respecto del nivel de la competencia, manifestó que Chile 45 es un equipo que juega bastante bien pero la diferencia de edad en cancha se nota. Del que no tenía mayores antecedentes era sobre Sergio Ceppi que culminó en la cuarta posición de la competencia. Coro dice que todavía siente la pasión de estar en una cancha y más aún en la del Sokol que hoy muestra un nuevo piso a pesar de no haber estado para trabajar en ella pero siempre con un tremendo cariño hacia el Club.

LOS COTERRÁNEOS
Pablo Coro en la Liga Nacional Movistar por Osorno Básquetbol compartirá cancha y camarín con dos magallánicos como es el caso de Marcelo “Chelo” Hernández y Carlos Lauler Zañartu. Coro se manifiesta grato de compartir una vez más con Marcelo Hernández a quien conoció cuando el porvenireño llegó a jugar al mostruo del Lago, Provincial Llanquihue, luego estuvieron juntos en el desaparecido y exitoso Provincial Osorno y también en la Selección Chilena. Sobre Lauler Zañartu manifestó que lo conoció desde muy chico tal como vio jugar el sábado a sus sobrinos, por lo tanto se muestra feliz de compartir con ambos coterráneos.


Fuente: El Pinguino

viernes, 18 de mayo de 2018

Víctor Bahamóndez Cárdenas


La trayectoria del basquetbolista Víctor Bahamóndez Cárdenas (12/11/1953) estuvo marcada por el éxito desde que llegó desde Punta Arenas en 1970. Campeón de Valparaíso en casi una decena de veces, seleccionado porteño, universitario y chileno, impuso su juego en base a su certera puntería, habilidad que le dio fama de anotador.

- ¿Jugó básquetbol desde niño?
"No. A mí me gustaba el fútbol, y era el deporte que practicaba en Punta Arenas. Sin embargo, cuando me radiqué en esta zona, y por un hecho fortuito, llegué al baloncesto por un amigo de la familia, quien me invitó a jugar por el club Viña del Mar".
- ¿Qué motivaciones recibió para continuar?
"Una muy importante fue ser convocado a la selección nacional juvenil en 1972. Nunca en mi vida tuve una preparación más exigente que en aquel plantel formado por Raúl Roa y Renato Raggio. Yo era pivote con 1,82 metros, pero ellos me hicieron alero y me enseñaron técnicas que jamás había practicado. Fue una gran experiencia que me sirvió para todo el resto de mi carrera".
- La que resultó fundamental para obtener títulos después...
"Claro, porque logré una gran condición física y técnica, para ser campeón con Wanderers, Esperanza y Sportiva Italiana. En mi época de estudiante de ingeniería, en la Universidad Católica de Valparaíso, también formé parte de un equipo campeón nacional. Fue en Concepción con la dirección de Felipe Osorio y una formación que parecía selección de Valparaíso, con Verdejo, Schultz, Valdés, Haye y Cordero entre otros."
-¿Pero nada comparable con el bicampeonato de Dimayor?
"Fue tremendamente importante, para Sportiva y nosotros, ser dos veces campeón de Dimayor. En 1980, sólo jugábamos los nacionales, así que con un buen equipo se pudo ganar la copa. Pero en 1982, con dos extranjeros por equipo, el campeonato alcanzó un alto nivel. Tuvimos que prepararnos con mucha más dedicación. Como los partidos los transmitía Televisión Nacional para todo Chile, la competencia tuvo más atractivo y fue emocionante recibir nuevamente la copa de campeón".
Patricio Leal Vergara

lunes, 14 de mayo de 2018

Ariqueño Zepeda triunfa en la Dimayor

Que los medios de comunicación de la zona sur lo liguen a Provincial Osorno para la presente temporada, muestra que el 2002 fue un año que difícilmente podrá olvidar el basquetbolista ariqueño Francisco Zepeda Astudillo (29 años), quien triunfa en el baloncesto de la Dimayor de nuestro país, defendiendo los colores de Deportivo Valdivia.
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Esto lo ha llevado a replantear su carrera profesional, porque en un comienzo pensó retirarse a los 30 años, "pero el sacrificio de toda una vida me está dando los frutos que me permiten proyectarme a lo menos unas tres temporadas más en el baloncesto rentado y después veremos que viene", dijo, al dejar abierta la posibilidad de retornar a Arica a enseñar sus conocimientos o entrenar en la Dimayor.
 
INOLVIDABLE
 
La temporada pasada la abrió coronándose campeón tras cerrar una exitosa campaña en el 2001 y en octubre inscribió su nombre en el vicecampeonato que su escuadra consiguió en el Sudamericano de Clubes Campeones, que se jugó en Valdivia.
Este último logro es todo un hito para el deporte cestero nacional, ya que después de 31 años nuestra nación volvía a subirse al podio de los mejores del continente, luego que en 1971 la copa se la llevara Tomás Bata en Santiago. Y de paso, se terminó con una racha de 31 años sin que un equipo chileno pudiese superar en el ámbito internacional a un brasileño.
Este redondo 2002 le permitió a Zepeda regresar a su ciudad natal para celebrar la llegada del Nuevo Año y descansar algunos días junto a su esposa Geldi Pérez y sus dos hijos: Heather (10) y Ian Marcelo (4).
De paso, trabajará desde este lunes (durante una semana) en un campamento de básquetbol junto a un ex compañero, José Ramírez Dalnez, en el gimnasio de la Universidad de Tarapacá.
Pero para el "Pancho", como lo conocen sus amigos, nada ha sido regalado y menos en el baloncesto profesional y él muy bien lo sabe, ya que desde el momento que decidió ser un profesional de esta disciplina ha tenido que luchar contra la adversidad.
Comentó que tras el título nacional juvenil obtenido en 1990, vistiendo los colores de Arica, decidió que su futuro deportivo estaba en esta actividad, así que cuando cursaba cuarto medio comenzó a buscar alguna beca deportiva que le permitiese estudiar en la universidad y a la vez jugar en la Dimayor, "mi máximo sueño desde mi infancia", subrayó.
Fue así que en 1991 probó suerte en la Universidad de Concepción. Pero su cercanía con lo mejor del básquet chileno lo hizo rápidamente saltar a la Universidad de Temuco, institución que le abrió las puertas para que debutara en 1992 en el profesionalismo y, de paso, lo becó en Periodismo, carrera que no pudo seguir, "porque llegó la responsabilidad de mantener a una familia, que sin duda ha sido mi principal pilar en la carrera que desarrollo".
Un año más tarde decidió emigrar a una institución más "chica", así que fichó por Deportes Laja, donde se mantuvo hasta 1996. Aquí ganó en experiencia y roce, que lo llevó en 1997 firmar en Osorno. En el conjunto de la Décima Región logró ser campeón en 1998 y 2000 de la Dimayor.
Desde el 2000 que se encuentra ligado a Deportivo Valdivia. Pero eso no quiere decir que sólo del básquetbol vive, porque debe volver el próximo 19 a esta sureña ciudad para retomar sus obligaciones laborales en la empresa eléctrica de la zona. Aunque su viaje también obedece a resolver los últimos detalles de su renovación de contrato con la escuadra valdiviana.

Fuente . Austral Valdivia

viernes, 11 de mayo de 2018

"El básquetbol no es el mismo de ayer"

Muchos de los jugadores que actualmente participan del Nacional Universitario aún no nacían cuando José Luis Verdejo brillaba en el incipiente torneo de la Dimayor y con la casaquilla de la selección nacional.
Identificado toda su vida con Valparaíso, el "Pipa" Verdejo es considerado uno de los mejores bases que se ha dejado ver en la canchas nacionales. El ex basquetbolista jugó el primer campeonato de la Dimayor en 1979 y junto a Sportiva Italiana ganó en 1980 y 1982.
Hace dos años, Verdejo se hizo cargo de la dirección técnica de la Universidad de Valparaíso. Entre partido y partido del campeonato nacional, el DT hizo una pausa para conversar del pasado y también del futuro.
Cuando el "Pipa" Verdejo deleitaba con su técnica, el básquetbol y las motivaciones por jugar eran otras. Se practicaba una deporte menos atlético y menos físico. "Los jugadores de dos décadas atrás, utilizaban su talento, era un básquetbol pausado y armonioso", relató.
 El DT explica que los basquetbolistas de hoy juegan con mucha ansiedad, ímpetu y ambición. "No se manejan los tiempos, se corre desde el minuto 1 hasta el 40 y creo que eso es perjudicial para el espectáculo", comentó.
A juicio de Verdejo, hace unos años el básquetbol tenía un espectro más amplio para su desarrollo y ahora sólo se concentra en la Dimayor, que diluyó otro tipo de campeonatos.
"Los nacionales que se realizaban con equipos de las distintas ciudades eran una excelente instancia para ver en acción a los jugadores. Además, de esos torneos se seleccionaba a los jugadores que formarían la selección nacional", sostuvo.
El DT señala que los nacionales universitarios no suplen la necesidad de campeonatos que tiene el país. "Los dirigentes deberían crear otras opciones diferentes. El básquetbol debe ser atractivo y a él debe acceder una gran cantidad de equipos y no sólo los que tengan recursos", manifestó.

UNIVERSITARIOS

José Luis Verdejo es enfático en señalar que los jugadores que participan en Dimayor tienen todo el derecho a representar a su universidad. "Dejar fuera a los basquetbolistas que se encuentran a nivel profesional sería un error. Estaríamos nivelando hacia abajo y nadie quiere que ocurra eso.
Lo que el DT cambiaría sería la edad máxima para la participación de los universitarios. El estratega estima que 28 años es un límite muy alto y que debería ser reducido a los 26.
"Un muchacho ingresa se 18 años la universidad y si continúa jugando hasta los 28 es señal que ese joven sólo se mantiene en la casa de estudios con el único objetivo de seguir jugando. No hay carreras que justifiquen diez años de enseñanza", relató.
El "Pipa" Verdejo explica que los nacionales son una buena instancia -aunque no suficiente- para encontrar nuevas figuras para el básquetbol chileno.
"Este tipo de torneos tiene mística propia, que se juega con mucho amor a la camiseta, no hay plata de por medio, no hay cracks, lo que se traduce en un bonito espectáculo", relató.


Fuente: Austral de Valdivia

El Puerto le agradece a uno de sus ídolos


El municipio porteño resolvió hace unas semanas declarar Hijo Ilustre de la ciudad al otrora basquetbolista Francisco "Kiko" Valenzuela, quien fue uno de los protagonistas de la época dorada del baloncesto en Valparaíso y, según muchos, uno de los mejores jugadores que ha tenido nuestro país.



Fue por eso que la Federación cestera que dirige Miguel Herrera no quiso ser menos y la noche del martes le organizó una cena de homenaje en el Club de Yates de Recreo, ocasión en la que se hizo un repaso por los innumerables logros deportivos obtenidos por el base nacido en la cantera de Unión Árabe.
"A 'Kiko' le tengo mucho aprecio, creo que fue uno de los grandes jugadores que hemos tenido en la historia de nuestro deporte… como no es común que se distinga a un deportista para nosotros era justo, lógico y merecido que siguiéramos con el ejemplo del alcalde porteño", comenta Herrera, junto con decir que "yo tuve la suerte de verlo jugar y seguramente si uno hiciera una lista de los más grandes jugadores que ha tenido este deporte, Valenzuela tendría que estar ahí".
Para confirmar que no se trata de una exageración, basta con consignar dos grandes hechos que dejaron huella. En primer lugar el triunfo que, integrando la Selección Chilena, logró en el Sudamericano de Montevideo sobre Brasil, en 1968. "Hacía 30 años que nuestro país no le ganaba a los brasileños y lo hicimos por una diferencia de cinco puntos, ahora ya llevamos más de 40 años sin lograrlo. Ese era prácticamente un equipo de Valparaíso", recuerda el propio Valenzuela sobre el conjunto que dirigió técnicamente René Hola y cuya formación titular también integraban Luis "Caco" Suárez, Óscar Fornoni, Jorge Ferrari y Francisco Pando.
GRANDES HAZAÑAS
El segundo recuerdo imborrable data del mismo año y fue cuando en el Fortín Prat una selección local se enfrentó a los afamados "Harlem All Stars". Si bien el manager del conjunto americano les solicitó a los anfitriones que les permitieran mostrar todo su repertorio de piruetas, Valenzuela y sus compañeros, como seleccionados chilenos que eran, se tomaron el duelo en serio y se impusieron por 4 puntos. Fue la única derrota de los estadounidenses en una gira mundial que completó 100 compromisos.
Y aunque el resultado no fue positivo, "Kiko" también rescata de su bitácora un pleito que en 1966 sostuvo en Valparaíso el combinado nacional contra la Unión Soviética, en el marco de un Mundial Extraordinario. "Aunque perdimos, creo que ha sido el mejor partido que jugué en mi vida", indica Valenzuela, quien sólo en la cena de camaradería pudo comprobar gracias a las palabras de sus amigos la importancia que tuvo como jugador. "Fue muy emocionante, porque mis dos hijas se dieron cuenta quien era 'Kiko' Valenzuela… cómo quisiera tener un video para poder demostrarle eso a los nietos", sostiene.
Para completar el currículum del recordado menudo conductor (1,64 mts.) se deben consignar todos los títulos nacionales alcanzados con Valparaíso. En 1952 en un torneo escolar que se realizó en Iquique y en el que superaron a Vallenar, en el '57 el campeonato juvenil realizado en el Puerto, en el '61 el adulto de Melipilla y cuatro años más tarde la revalidación de esa corona en el Fortín Prat.
Como si fuera poco, en 1969 alcanza la copa del Sudamericano de clubes defendiendo a Bata de Peñaflor, en un certamen que se disputó en Antofagasta. Más tarde, como entrenador de la serie juvenil porteña sumaría (1990) otro título nacional, destacando también en su trabajo con las selecciones femeninas y en el club DPA.
"El reconocimiento que se me hace siento que es más para todo el básquetbol que hubo antes y que se practica en esta ciudad", indica, junto con asegurar que la única manera de reactivar esta disciplina es enfocarse fuertemente en las series menores: "Es la única forma de levantar el básquetbol".
De hecho, aunque Valenzuela dejó su cargo de técnico del equipo femenino del DPA, proyecta trabajar de manera particular o a través de un convenio con la asociación porteña, con jugadores de 14 a 18 años.
Por eso entrega detalles de la tarea personalizada que realizó con el joven Barham Amor, quien hoy es seleccionado juvenil y capitán de Chile, y se apronta para competir en el Sudamericano de Paraguay.
mirando Al FUTURO
"Cuando uno trabaja con un solo chico en un curso de alto rendimiento es más fácil transformarlo en un gran jugador, cuando se hace con 10 quizás se puede lograr con siete de ellos", comenta, aunque asume que la tarea de las asociaciones locales debiera enfocarse más a la generación de recursos para preparar de buena forma a los menores.
"En Valparaíso ya cambió el directorio y es de esperar que las cosas estén cambiando, aunque es difícil de lograrlo... todo depende de la voluntad que tengan los dirigentes", dice Valenzuela, quien también cree que podría trabajar con algunos entrenadores de proyección, con el objeto de que su experiencia no se pierda. Eso, tal como ocurre con su esperanza de que alguno de sus nietos pueda convertirse en un buen jugador y así ser su heredero: "Ojalá así ocurra,porque el básquetbol está en sus genes".
GINO HENRÍQUEZ
deportes@mercuriovalpo.cl





 




jueves, 10 de mayo de 2018

A 50 años de un hito jamás repetido


La última semana de agosto de 1967, Thomas Bata ganaba invicto, en Antofagasta, el único Sudamericano de Clubes Campeones para Chile. Sus protagonistas lo recuerdan todo, incluída la violenta final que nunca terminó.
A 50 años de un hito jamás repetido
Ni antes ni después. Nunca. Sólo a fines de agosto de 1967, hace justo 50 años, el equipo de Thomas Bata consiguió un hecho histórico, impensado siquiera soñarlo por nuestros días; ser campeón sudamericano de clubes.


El torneo se jugó en el gimnasio Sokol de Antofagasta y al principio, según rezan las crónicas de la época, no llamó la atención del público nortino, el que se arrepintió en las finales, cuando se veía que los chilenos podían levantar la corona.
Thomas Bata de Peñaflor llegó al torneo como campeón del Nacional de Clubes que se había jugado en el Sokol, pero de Punta Arenas. En Antofagasta, los de Peñaflor vencieron holgadamente a Ingavi, de Bolivia (90-56), a la selección Antofagasta (85-48) y a Ciudad Nueva, de Paraguay (69-49), pero tuvo duros lances ante Juan Bautista Alberdi, de Tucumán, Argentina (58-53), Botafogo, de Brasil (61-58), y en la final con Welcome, de Uruguay (65-61).
Varios de los protagonistas ya han fallecido y otros están complicados con su salud. Pero no todos: tres protagonistas, Luis Lamig, Juan Lichnovsky y José Pletikosic, recuerdan como si hubiera sido ayer ese campeonato y comparten sus recuerdos con El Deportivo.
Lamig, de 77 años, aún afincado en Peñaflor, asegura que de ese torneo tiene “los mejores recuerdos, lo más grande que me ha pasado, teniendo en cuenta que estaban los campeones de Argentina, Uruguay, Brasil… Es lo más grandioso que ha pasado”.
“El partido más difícil fue contra Botafogo, por estatura, por su rebote, era muy difícil y lo sacamos adelante”, recuerda Lichnovsky, quien también, a los 74 años, vive en Peñaflor, a pocas cuadras de Bata, la empresa que se la jugó por años con el deporte y de la que fue funcionario.
El hijo de inmigrantes checoslovacos da luces de cómo era ese plantel: “Teníamos un equipo reducido, con gran diferencia entre los titulares y los reservas. Yo me calentaba ligerito, me faltaba esa clase, así es que me llenaba de faltas y perjudicaba al equipo”.
“No era un plantel de grandes figuras, ni tenía extranjeros. La clave fue la garra, la decisión de ganar cada partido, sobre todo la final, contra los uruguayos”, recuerda Pletikosic, de 75 años, en su departamento en Providencia.
“El equipo era bien homogéneo, con un buen entrenador. Los titulares eran Lichnovsky, Valenzuela, Pletikosic, Pando y yo”, recuerda Lamig.
No todos los jugadores eran trabajadores de Bata. Pletikosic lo fue sólo un par de años, pero recuerda que arribó al equipo más por sus condiciones de basquetbolista que profesionales, pues estaba recién titulado: “Yo llegué a Bata por el juego. Ellos no sabían si yo iba a rendir o no en un trabajo”. El equipo entrenaba día por medio, pues se jugaban partidos oficiales los martes, jueves y los fines de semana.
En algunos aspectos, las cosas eran distintas en 1967 a la época actual. En la ceremonia inaugural todos los planteles fueron aplaudidos por el público y todo el gimnasio le cantó el cumpleaños feliz a un brasileño, Pimentel.
En la cancha, también había diferencias. Lichnovsky recuerda que “en esa época uno no podía tocar la malla ni el aro, perdías la jugada y el gol. Había gigantes, de dos metros 18, como un ruso, pero hoy es distinto, pues un jugador de más de dos metros tiene la misma habilidad que uno de 1,80. Los partidos los ganaba el que dominaba los rebotes”.
Para Pletikosic las cosas hubieran sido diferentes si se hubiera dado tres puntos a los tiros lejanos. “Mi especialidad era lanzamiento-retención, en esa época no había de tres puntos, hubiera hecho algunos, apuntaba bien. Igual no era muy alto. Medía un metro y 85. Para la estatura internacional era ahí no más”.
Quien luego brillara con la Unión Española agrega que “en esa época se jugaba por amor a la camiseta, era todo muy primario. Uno se enfermaba, se resfriaba e iba a jugar igual. Ahora es más exigente, antes era más informal. Claro, había entrenamientos, algún chequeo médico, pero era todo rudimentario”.
En algo coinciden los tres: el mejor del equipo era Francisco Valenzuela. Lichnovsky, tío de Igor, el futbolista formado en la U, señala que “el chico Valenzuela era sumamente hábil, esa persona con una vista periférica, es como el (Jorge) Valdivia del fútbol y sabe dónde estás y si no estás pendiente, ¡paf!, te llega la pelota en la cara”.
Pletikosic lo confirma: “Yo jugaba adelante, un alero, después fui jugando de conductor. Pero en este torneo prácticamente fui lateral (escolta de la época), porque esa función era de Valenzuela, que tenía mucha habilidad en el manejo de pelota, en la intención de pase y también con mucha puntería”.
Nunca antes un equipo chileno había sido campeón continental y en el plantel peñaflorino lo sabían. Mirando su libro lleno de recortes de la época, Juan Lichnovsky asegura que “íbamos con la idea de participar, pero teníamos un buen equipo. Y tuvimos un poquito de suerte, porque el mejor de Botafogo tuvo que irse por un problema de familia y eso ayudó. Pero íbamos bien preparados y teníamos a Juan Arredondo de entrenador”.
Los tres entrevistados señalan al DT como uno de los factores fundamentales de la victoria en el Sokol antofagastino.
Lamig comenta que “jugábamos de memoria, teníamos cinco jugadas para hacer un gol (puntos). Si no salía una, salía otra, cada uno tenía su función. Valenzuela indicaba con los dedos cuál jugada y dependía de eso lo que tenía que hacer cada uno. Esa fue una idea de Juan Arredondo”.
Pero no sólo en la cancha el coach fue fundamental. También tuvo la visión para manejar a un plantel en parte complicado. Varios jugadores eran algo desordenados, les gustaba beber o salir a bailar por las noches y Arredondo supo controlarlos.
Luis Lamig se reconoce como uno de esos desordenados, pero el DT sabía ocuparse de eso: “Éramos muy buenos compañeros y don Juan Arredondo, aparte de ser el entrenador, era como el papá de todos. Tenía una personalidad única, muy buen entrenador y bien asequible para nosotros. Nos cuidaba, yo era bien desordenado, pero él me juntaba con Juan (Lichnovsky) que era más ordenado. Entre los dos nos cuidábamos”.
Al parecer, el público no mostró mayor interés en los primeros días del campeonato. Para Pletikosic, nacido en Antofagasta, era porque “el gimnasio Sokol es muy grande, aparatoso, difícil de llenar”. Lichnovsky comparte una anécdota. “En esos días estaba la Miss Chile en Antofagasta y no nos daba ni la hora. Las chiquillas estaban todas con los brasileños, pero cuando vieron que íbamos para campeones quisieron acostarse con nosotros y las mandamos… chao nomás”.
La violenta final
Welcome de Uruguay, con el habilidoso Washington Poyet (padre de Gustavo, el ex futbolista) como gran figura del equipo, fue el rival de Bata en la final.
“A Poyet lo conocía”, dice Lichnovsky, “en un Sudamericano llegó con las rodillas llenas de costras e igual se tiró al suelo para agarrar un balón. Queda sangrando, toma la pelota y me dice: ‘Uruguay, mierda’”.
El gimnasio estaba lleno y afuera la gente reclamaba por haberse quedado sin entradas para el partido.
Se esperaba un duelo con roce, pues los basquetbolistas uruguayos tenían fama de llevar el partido fuera de la cancha para imponer sus términos.
La final del Sudamericano de Clubes Campeones debió terminarse antes de tiempo. Según la revista Estadio de la época, quedaba un minuto y ocho segundos; de acuerdo al recuerdo de los entrevistados, sólo algunos segundos, que no hubieran cambiado el resultado del duelo.
Estaba Bata arriba 65-61 cuando le cobran falta a favor a Valenzuela. Los uruguayos no estaban de acuerdo y por algún motivo se armó una gresca. Algunas crónicas dicen que Poyet agredió al juez paraguayo y otras que los árbitros sintieron que podía ingresar también el público. Como sea, dieron por finalizado el compromiso.
Pletikosic dice que “fue un partido muy fuerte, de encontrones, de peleas, de entrar gente a la cancha. Cada vez que había una posibilidad de agresión, se producía”.
Tras el éxito, el equipo tuvo una recepción de héroes en el aeropuerto de Cerrillos y después, del alcalde y otras autoridades, en la plaza de Peñaflor. “Nos hicieron bajarnos en la calle y caminamos a la plaza, para que la gente nos aplaudiera”, recuerda Lamig.
Nunca más Chile gritó campeón de clubes. Pletikosic comenta: “Me sorprende. Siempre nos acordamos con los amigos de la importancia de esto dentro del básquetbol. Conseguir un título es difícil, sobre todo en nuestro medio, que nunca ha sido el mejor en Sudamérica. En esos años estaban por encima no sólo Brasil y Argentina, también estaba encima Perú. Si éramos cuartos o quintos en un Sudamericano, bien”.
También Bata desapareció. Lichnovsky construyó un gimnasio para el club, en 1994, “para celebrar los 100 años de Bata, pero en 1998 me fui y quien me reemplazó no le gustaba el deporte: la cancha se arruinó”. No sólo eso, también el club, que hoy es sólo un recuerdo para Lamig y Lichnovsky, que a veces se topan en la plaza de Peñaflor, y para Pletikosic, en las reuniones que la familia del básquetbol hace cada miércoles en un restorán de Vicuña Mackenna. Un recuerdo y un orgullo.


Fuente: La Tercera

martes, 8 de mayo de 2018

Carlton Johnson En el baloncesto faltan aportes

A sus 48 años, el estadounidense sigue siendo una leyenda del baloncesto. Dice que para mejorar la Dimayor el estado debe invertir.
Hablar de Carlton Johnson es referirse a uno de los mayores exponentes en el básquetbol nacional. Con más de 20 años en el país, el actual entrenador de Deportes Castro es crítico al señalar que el nivel del baloncesto de hoy no es el mismo al que se practicaba cuando recién llegó al país.
"Antes si entrenaba de 12 a 14 horas, yo estaba a las 10 de la mañana lanzando, siempre practicando más tiempo para superarme, eso falta en la actualidad", detalla.
"CJ" no tiene complicaciones para hablar así de duro, tiene un carácter fuerte y es conocido por ser muy mal genio a la hora de corregir a sus pupilos, pero señala que es la única manera de mejorar.
 
HISTORIA

Johnson llegó con 21 años a Chile el mismo día en que la Selección de Fútbol clasificó al Mundial de España, en junio de 1981. Nació en Atlantis Georgia, pero a los 9 meses su familia se mudó a Nueva Jork.
Hace 12 años que no ha regresado a Estados Unidos y sólo mantiene contacto con su familia a través de teléfono. Fue acá uno de los precursores del básquetbol más dinámico, siendo protagonista de un cambio cultural y deportivo.
Su primer equipo para disputar Dimayor fue Malta Morenita de la ciudad del Rahue. Además, el ex jugador militó en Ancud, Universidad de Temuco, Español de Talca, Sportiva Italiana, y Club Árabe, cumpliendo múltiples funciones como ayuda base, alero y pívot.
Con ese extenso currículo, el hoy DT tiene claro cuál fue su peak. "Lejos mi mejor momento fue Malta Morenita, estuve siete temporadas con ese club; disputamos todos los títulos pero nunca pudimos ser campeones", manifestó.
El estadounidense destaca que él y George Holt fueron el mejor binomio de extranjeros que ha pisado Chile. "Nunca más se verá esta dupla de extranjeros, fue impresionante, jugamos juntos durante tres o cuatro años y llegamos a tener un promedio de 78 puntos como pareja por partido, algo que nadie ha superado", confiesa.
La historia quizá pueda repetirse, ya que integran el cuadro del "León" los hijos de estos emblemáticos deportistas: Marquis Johnson y Julius Holt. Claro que según "CJ" es difícil que ellos superen los logros de sus progenitores.
Respecto a profesionalizar la liga, idea que circula en el medio nacional, el afroamericano es enfático en argumentar que debe intervenir el estado. "Sin ayuda del Gobierno es muy complicado, sobre todo para los equipos chilotes", expresó.
En cuanto al buen momento por el cual pasa la tienda de la capital provincial, señala el norteamericano que sus dirigidos no deben descuidarse y que pese al alza que han experimentado aún tienen que corregir errores. "Hemos mejorado levemente, pero falta mucho todavía, sobre todo en la parte defensiva", aseveró.
Siempre mesurado, Carlton sentenció que "el equipo no está manejando el sistema como me gustaría, pero yo soy responsable de eso y mis aspiraciones en este club, son ir paso a paso, corregir los errores hacer cambios y por sobre todo entrenar mucho".
La goleada histórica
Como si fuera ayer, Johnson recuerda la figura de Michael Burns, un jugador extraordinario que donde se paraba la encestaba.
La historia registra que el 18 noviembre de 1984 Vibran de Puente Alto marcó la historia del cesto chileno al golear a Malta Morenita por 142-123 en Osorno. La figura del partido fue del equipo vencedor: Michael Burns, quien se cuadró con 93 puntos, la máxima cantidad de unidades que un solo jugador ha convertido en Dimayor.
El primer tiempo culminó con ventaja visitante de 70-51 y con 41 puntos de Burns. El récord de mayor cantidad de puntos hasta ese momento lo tenía Johnson (78).
En la segunda etapa, Malta Morenita estuvo a un punto arriba, pero apareció con todo el también estadounidense, para anotar nada menos que 52 puntos en la segunda fracción. "Él era extraordinario, lo marqué el primer tiempo y me mandó 41 puntos. Yo no podía pararlo, le pusieron dos marcas y tres, pero aún así logró meter todos los balones, inolvidable".




Fuente: La Estrella de Chiloe

lunes, 7 de mayo de 2018

PATRICIO BRIONES SE DESPIDIÓ ENTRE LÁGRIMAS DE LA SELECCIÓN DE BÁSQUETBOL


El pivot nacional jugó su último partido por la "Roja" cestera esta noche, en la derrota frente a Argentina. El jugador declaró que se va "tranquilo", aunque "afectado por lo que pasó el torneo". No fue la mejor manera para terminar con 14 años de carrera. Patricio Briones anunció antes del comienzo del Sudamericano de Puerto Montt que se retiraría al final de este. Y ese final llegó con cinco derrotas en cinco partidos, la más dolorosa frente a Colombia ayer, que le significó al equipo nacional descender a la categoría "B" del básquetbol del continente.
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Al final del partido de hoy ante Argentina, la pena de los jugadores nacionales venía desde otra parte. El 87-70 que le propinó Argentina no dolió tanto con la despedida de Briones, quien emocionado recibió los abrazos de sus compañeros.
"Son 14 años de carrera y quería despedirme en un buen nivel. Siempre le entregué lo que más pude a la selección. Traté de dar jerarquía, dignidady respeto. Por eso me voy tranquilo", dijo Briones tras el partido.
El jugador negó además cualquier posibilidad de volver a jugar por la selección. "Estoy muy afectado por lo que pasó en el torneo y sólo hay que dar vuelta página. Ahora sólo quiero motivar para que hay buenos jugadores en el futuro", añadió el pivot nacional.
El futuro del básquetbol nacional es la principal preocupación de Briones en el retiro. Durante la semana, cuando la "Roja" cayó ante Brasil, el pivot ya había señalado que no se ve recambio en el futuro y que será muy difícil para el equipo chileno en los próximos torneos.

Fuente: La Tercera

LLANQUIHUE: HINCHAS CREEN QUE UNIÓN DE CLUBES PODRÍA RESUCITAR A UN NUEVO MONSTRUO DEL LAGO

Los históricos de Provincial Llanquihue, Patricio Briones y Claudio Campos analizaron positivamente la idea del regreso del club bicampeón de la Dimayor.
Símbolos por siempre. Los ex jugadores de Provincial Llanquihue, Claudio Campos y Patricio Briones, viven hoy realidades distintas y a distancias siderales. Pero hay un hecho que los une ante todo: el cariño por la camiseta del Monstruo del Lago.
Mientras el primero sigue su carrera en un club profesional de básquetbol de la Liga de Belgrado (República de Serbia), el segundo, con 41 años, será parte del club Municipal Quilicura en Dimayor, el enésimo equipo que defiende en sus 20 años en el cesto profesional.
En sus mentes los recuerdos vivos de su paso por el bicampeón de Dimayor 2002-2003, aún perduran en el tiempo y verían con buenos ojos que la institución que antaño los cobijara, volviera en gloria y majestad a los torneos de básquetbol profesional.
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EL REGRESO

Desde la gélida capital serbia, el histórico Claudio Campos se mostró muy entusiasmado en el posible retorno del cuadro lacustre al cesto rentado.
"Fue lamentable que por problemas institucionales y económicos, Puerto Varas y la provincia se quedaran sin Dimayor. Por eso creo que un virtual retorno a corto plazo del club, manteniendo la marca, sería un tremendo regalo para un público que siempre fue fiel a su institución y que llenaba el fiscal", explicó el jugadores que por 10 años vistiera la casaquilla del Monstruo.
Campos llegó en el 2008 a la capital europea, la misma del célebre Vlade Divac, terminando su ciclo, con el fin de la leyendo del lago Llanquihue. "Fui uno de los jugadores que fundó el club y siempre lo sentí como algo propio, como un hijo, por eso me dolió ver como desaparecía sin dejar rastros. Y, en ese sentido, si la realidad considerara la vuelta de esta institución o de otra que quiera ocupar la marca de Provincial Llanquihue, sería una muy buena noticia para todos los que amamos este deporte", comentó el experimentado deportista.

PLANIFICACIÓN

Y si de veteranos se trata, el caso del pívot Patricio Briones es el ejemplo más claro de afecto por una camiset con la que brillara en los dos títulos consecutivos. El "Pato" cree que el resurgimiento de Llanquihue le daría mayor renombre a la liga. "Aunque tuvo una historia corta, el club consiguió logros importantes, donde existió un apoyo de dirigentes y empresarios que se la jugaron por mantener a un plantel de categoría. La plaza de Puerto Varas vivía intensamente este deporte, con gimnasios llenos y con la hinchada del Monstruo que fue una de las mejores que me correspondió conocer y con las que también mantengo contacto", asegura.
Briones indicó que vería con buenos ojos el regreso del club a cualquiera de los dos torneos. "La gente de Puerto Varas y de la provincia está ávida de espectáculos, fuera del fútbol y quiere ser partícipe de eventos deportivos, considerando que existe la infraestructura necesaria para realizarlos, pero además para proyectarse en el tiempo. Las instituciones deben valerse de un grupo de dirigentes con reputación, basado en gestión, en una planificación y en una estructura de trabajo que tenga asidero permanente, con jugadores que hagan carrera y se identifiquen con la institución. "Tenemos que profesionalizar esta actividad, con un plan de marketing, vinculado con los municipios y asociados a un rol social y que se sustente en el tiempo. Así me gustaría ver convertido al básquetbol", aseveró.

Diario El Llanquihue

domingo, 6 de mayo de 2018

Patrick Sáez El jugador del año


No se trata de agrandar a un basquetbolista al que todavía le resta mucho camino por recorrer. Tampoco desconocer los méritos de otros elementos desequilibrantes de la Dimayor 1999-2000. Pero el base de Provincial Osorno, el flamante campeón de la liga, fue el protagonista de la escena cestera criolla en los últimos doce meses: el bullado conflicto laboral en que se vio envuelto y su ascendente rendimiento en los playoff así lo acreditan.
Pocas veces un basquetbolista de la Dimayor había visto su nombre tan profusamente relacionado a temas extradeportivos como le aconteció durante 1999 a Patrick Sáez, el joven base de Provincial Osorno y la selección nacional.

El conductor del flamante monarca de la liga fue el foco de un conflicto laboral cuyas dimensiones aún no han sido del todo aquilatadas por sus actores.

Tras jugar la temporada de 1998 en Deportivo Petrox, el club en el que se formó, Sáez entró en disputa con el entrenador del elenco petrolero, Daniel Viáfora, de quien también había sido compañero.

Naturalmente, las versiones se contraponen respecto del origen de la polémica situación (en rigor, el panameño jamás se refirió públicamente al tema, manteniéndose fiel a su bajo perfil). El punto es que el base decidió marcharse de la institución porteña, molesto por una rebaja de sueldo que consideraba injusta.

A partir de allí, una serie de capítulos judiciales puso en evidencia el inestable régimen contractual extendido en la Dimayor y hasta llevó a su directiva a reunirse con el ministro del Trabajo y Previsión Social.

"A lo mejor podría no estar jugando, si los problemas no se hubiesen arreglado (demanda, querella, abogado y dineros mediantes). Siento que con esto le estoy tapando un poco la boca a todo Petrox, quizás a Viáfora, que no quiso que permaneciera. Asumí un desafío y quedé muy satisfecho por cómo terminé. Jugué un básquetbol fluido y hasta me agrandé", recuerda ahora, después de besar la copa de campeón de la Dimayor y ser elegido el mejor elemento nacional de la postemporada.

Junto a los candentes capítulos descritos y su feliz presente en Osorno, en todo caso, la historia de Sáez exhibe episodios dignos de mención. Como que se inició a los 12 años en el básquetbol (hoy tiene 21), cuando debió retirarse de las divisiones inferiores del equipo de fútbol de Huachipato, donde actuaba como zaguero central...

KIDD, EL MODELO

"Empecé mirando a mi hermano Lino, que es dos años mayor que yo (y que milita en Petrox). Siempre quise ser como él. Copiaba todo lo que él hacía. Si hasta estudiamos lo mismo (construcción en metálica en el Liceo Industrial de Concepción y Prevención de Riesgos en la Universidad Federico Santa María de Talcahuano)", comenta Sáez, el tercero de seis hermanos (cuatro varones, uno de los cuales, Pablo, de 17, está en la juvenil de los albiverdes).

Al ahondar en su vida deportiva, el base de los "Toros" está seguro de que sus padres (Lino Moisés Sáez y Patricia Carvajal) han sido fundamentales en su desarrollo profesional.

Según el "1" osornino, "cuando uno viene de una familia muy humilde, si no te apoyan con todo lo que se tiene es muy difícil dedicarse a un deporte. A lo mejor ellos nunca pensaron que podría estar jugando a este nivel, pero igual me ayudaron siempre. Por eso, les estaré agradecido por siempre".

Seleccionado regional y chileno en todas las categorías menores, Sáez reconoce que su puesto natural es el de escolta, aunque hoy sea el point guard y, siendo niño, haya dado sus primeros pasos como pívot.

"No estoy ni ahí con ser conductor, pero si las necesidades del equipo lo requieren, lo seguiré haciendo. Me gustaría jugar siempre de '2' (escolta)", reflexiona.

Admite también que Michael Jordan ha sido el mejor de todos, que "basta con ver un partido de la NBA para tener un ídolo, porque son todos muy buenos", que se siente muy identificado conJason Kidd (base de Phoenix Suns) y no tanto con Gary Payton ("que es más show").

Su desafío inmediato es la Liga Sudamericana, en la que Osorno se medirá con Franca Marathon, Alas Peruanas y Boca Juniors. Cree que a los limeños - cuadro en que actuará Patricio Briones- se les puede ganar sin demasiados sobresaltos y que habrá que luchar frente a los paulistas por el segundo lugar.

"Aquí, en Osorno, están hablando de ir a cumplir. Pero creo que podemos hacer bastante más que eso. Tenemos dos buenos norteamericanos (Ken Leeks y Eric Brown) y muchas ganas de seguir creciendo como equipo. Con la selección le hicimos un buen partido a Brasil en el Sudamericano (derrota por 77 a 62), así que nada es imposible", proyecta.

Por Javier Piñeiro Dávila

La UDE se retira de la Dimayor

El cuadro de Temuco renunció a seguir participando del torneo de básquetbol debido a la expulsión de su entrenador durante un partido frente a la Universidad de Concepción, hecho que fue calificado por la directiva del elenco afectado de "xenofobia".
[FOTO DE UN PARTIDO DE DIMAYOR (COLOR)]El quinteto de básquetbol de la Unión Deportiva Española de Temuco decidió retirarse del torneo de la Dimayor, tras considerar como xenofóbica las expulsión del técnico argentino Carlos Iglesias durante el partido ante la Universidad de Concepción, que fue suspendido por falta de garantías.

Cuando quedaban menos de cinco minutos del tercer cuarto del partido, que ganaban los penquistas, los árbitros Ricardo Vargas y Patricio Menares suspendieron el encuentro por supuestas agresiones de la banca técnica temuquense.

Pese al lapidario informe de los árbitros, el presidente del club de Temuco, Gustavo Gorman, negó las agresiones y denunció xenofobia en contra del técnico, quien se ha visto involucrado en otras peleas durante diversos partidos.


Fuente : Emol



Felipe Ziegele "Mi apellido pega fuerte"


La ilusión de ver a Felipe Ziegele, hijo de Fernando "Chumilla" Ziegele, con la camiseta de Valdivia está cerca de concretarse, siempre y cuando las ofertas económicas lo hagan cambiar de parecer.
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Desde Santiago el base y triplista de Liceo Mixto confirmó que ha "hablado harto" con los dirigentes de Valdivia, desde que Max Rodríguez, uno de los socios del CDV, realizó el primer contacto. El hijo de "Chumilla" expresó: "hay un posible acuerdo con Valdivia, pero ellos me dijeron que primero van a arreglar con con el resto del plantel" y agregó "quiero jugar en Valdivia y pienso que sería lindo jugar en el Coliseo. El pre acuerdo quedó más sellado aún cuando el presidente Carlos Kunstmann habló personalmente con Ziegele en Santiago y discutieron las condiciones económicas.
Felipe Ziegele indicó que pretende darse un año sabático respecto a sus estudios de educación física en la Universidad Cardenal Silva Henríquez de Santiago, lo que le permitirá dedicarse plenamente al básquetbol y una posible estadía en el sur.
Pero Valdivia no es el único club que requiere los servicios del talentoso base. El mismo "Chumilla" hijo expresó que Universidad Autónoma de Temuco fue el primer club que le hizo una oferta económica y mejor que la del CDV, pero él se comprometió a esperar por un breve plazo a los dirigentes valdivianos. Ziegele dijo "me gustaría jugar en Valdivia siquiera un año, aunque no use la camiseta 10, porque es de Ramiro (Vera). Además el público es muy lindo y apoya harto".
 
PAPA "CHUMILLA"
 
Felipe indicó que su padre está muy contento ante la eventualidad de que su hijo pueda vestir los colores de Valdivia el 2004. El base dijo: "al principio se preocupó por mis estudios, pero yo le dije que los voy a retomar... Sé que mi apellido pega fuerte en Valdivia por lo que hizo mi padre en el básquetbol. Sería bueno para la gente ver de nuevo a 'Chumilla' en las tribunas del Coliseo".
Si Felipe Ziegele acepta jugar en Valdivia su presencia sería un aliciente para los hinchas que

sábado, 5 de mayo de 2018

La última volcada de Silester Rivers


El presidente del club hispano, César Aldana, finalmente se salió con la suya: despidió al refuerzo estadounidense, a pesar de la oposición del entrenador Claudio Quezada.
Jaime Morales Amaya
Corresponsal en Talca
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La misión que le encomendó la directiva de Español de Talca a su flamante entrenador, Claudio Quezada, antes de iniciar su periplo por Estados Unidos era muy clara: contactar y contratar a un pívot que reforzara al quinteto con miras a la Dimayor.

Pero el técnico regresó con un alero, Silester Rivers, quien jugaba por Valley State University de Utah. No sólo eso. A sus 24 años, el jugador arrastraba operaciones en sus rodillas, la primera en 1998 y la última en 2000.

El tema rápidamente causó revuelo en la capital de la Séptima Región, sobre todo porque el mandamás del quinteto, César Aldana, criticó públicamente la gestión de Quezada en la contratación. No sólo no llegó un pívot, sino que lo hizo un jugador disminuido físicamente y que no llenaba el gusto dirigencial.

Su futuro se comenzó a definir tras el primer entrenamiento: salió lesionado después de golpearse la rodilla y, luego de una semana de reposo, debutó ante Boston College en Santiago con un pésimo desempeño. Silester Rivers jugó anoche su último encuentro con la casaca de Español ante Liceo Mixto de los Andes en la definición del Torneo de Apertura Zona Central de Dimayor. El basquetbolista se defendió de las críticas.

- ¿Por qué cree que la directiva de Español decidió finiquitar su contrato?

- No entiendo qué pasó. Al parecer juego un básquetbol diferente al que se esperaba acá. Es que juego para el equipo, no me interesa hacer 50 puntos por partido si perdemos, sino que el quinteto gane.

- ¿Cómo recibió la noticia de su finiquito?

- Es una decisión de la directiva, no del técnico, lo que me deja muy tranquilo.

- ¿Cómo se sintió en el plantel?

- Muy bien, me gusta el equipo y estaba muy cómodo. No sé lo que pasó. El técnico al parecer no sabía qué querían los directivos. No sé de qué sirve que me destruya haciendo puntos si el equipo pierde. Yo hago tapones, asistencias, juego en equipo, pero no era eso lo que querían.

- ¿Cómo lo trataron los dirigentes?

- No hablo castellano, por lo que la comunicación con ellos fue nula. Realmente apenas los conocí.

- ¿Piensa retornar a Estados Unidos?

- Hablaré con mi manager para ver qué hacemos. Creo que hay un club que quiere probarme en Santiago. Tengo ganas de probarme en algunos equipos en Chile, me agrada la liga y quiero quedarme, pues ya estoy acá.

- ¿Es primera vez que pasa por una experiencia así de mala?

- Y la última. Primera vez que me encuentro con una situación tan anormal.

Y la corona fue para Español

A pesar de los múltiples problemas que vivió durante el desarrollo del Torneo de Apertura Zona Central de Dimayor, anoche Español de Talca se dio maña para coronarse campeón del experimental certamen.

En el gimnasio Nataniel dio fácil cuenta de Liceo Mixto de Los Andes por 107-85 (59-53), en el encuentro que marcó el adiós de Silester Rivers. El alero estadounidense quedó colgado de cuatro faltas en el segundo cuarto, por lo que sólo volvió a ver acción en los últimos ocho minutos de juego. Triste final de su paso por Chile.

El máximo anotador talquino fue el escolta Pablo Reyes (convirtió seis de ocho intentos de triples), mientras por los andinos destacó Robert Lagos, con 30 unidades. Universidad Católica fue tercero (ganó 73-66 a Universidad de Chile) y quinto remató Boston College (derrotó 97-72 a UTEM).

En dos semanas parte el torneo oficial de Dimayor.



El Mercurio